Es tarde, hace frío y está empezando a nevar. Las calles están solitarias, ni un alma, excepto Allen y yo... Él sigue pegado a mí, llorando desconsoladamente. Le pregunto como está continuamente con mi fabuloso inglés y el no me responde, o al menos lo intenta, pero solo se entienden sollozos. Estoy realmente preocupada por este completo desconocido, y en cierto modo soy egoísta porque no quiero que me deje de abrazar, se siente cálido como una taza de chocolate en un día frío.
Después de un buen rato parece que se ha calmado, ahora me mira fijamente, esos ojos grises están clavados en mis comunes ojos marrones, son hermosos... En este pequeño momento no me siento sola, por primera vez en mucho tiempo. Allen por fin está dispuesto a hablar y entre sollozo y sollozo se distingue una palabra:
-Lo siento...
-Quee?!? Hablas español?!?
Él pobre chico solo asiente con la cabeza, mirándome sin vergüenza alguna de no conocerme de nada. Decido al fin ponerme en marcha, pero claro no sin el, porque mi preocupación no cesaba, a fin de cuentas aunque no lo conozca soy persona y tengo corazón.
-Y porque lloras? le digo sin trava alguna.
Él me mira algo contento ¿contento? Pues a mi me parece...
-Porque me duele el corazón... Me dice el chico con un perfecto español
-Te duele el corazón? En que sentido?
-Todas las personas que quiero se acaban alejando de mi... Me dice, asomando lágrimas por esos ojos melancólicos.
Parece que se va a poner a llorar otra vez, tengo que intentar evitarlo.
Ahhh desde cuando este chico me importa tanto?!?
continuara...
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